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COMO PREPARARSE PARA SER PADRES MAS FELICES?


Antes de decidirnos por aceptar el reto de educar un niño/a debemos preguntarnos que tan preparados estamos para ello, y si sentimos que no lo estamos y nuestro hijo/a ya hace parte de nuestro mundo, debemos pensar entonces en como hacer que cada día seamos mejores padres, en mi lenguaje padres mas felices. Cuando lo pensamos, muchas veces empezamos a decidir como educaremos al niño/a, que pautas utilizaremos, como estableceremos los límites, etc. pero antes de todo esto, considero que es mas importante pensar en nosotros mismos como seres humanos, en nuestro crecimiento personal, en nuestros valores, nuestros comportamientos o reacciones ante las situaciones de la vida.
Una colega escribe de manera acertada en el grupo de Facebook ... "Pienso que además de enseñar las pautas de crianza es importante trabajar con los padres y madres en la esperanza, el fortalecimiento de sus propias potencialidades para que así tengan que darle a sus pequeños" y es que definitivamente si nosotros mismos no estamos preparados para enfrentar al mundo, para seguir adelante a pesar de los tropiezos, para esperar lo mejor que nos pueda dar la vida y para regalarnos a nosotros mismos las mejores cosas posibles, entonces considero que no estamos preparados para educar a un hijo/a.
Veamos un ejemplo; una de las mayores dificultades que puede tener un padre con su hijo en edad escolar es la elaboración de las tareas del colegio, generalmente lo que sucede es que el padre o la madre se sientan con el niño a realizar las tareas luego de una extenuante jornada, que trae en si misma cansancio emocional y físico y esperan que el hijo realice las tareas escolares con rapidez, agilidad y calidad para luego SI sentarse juntos a descansar y compartir momentos "mas" agradables; mientras tanto, el niño/a conoce previamente lo que significa dentro de su familia el momento de las tareas, lo asocia inmediatamente con las sesiones anteriores de regaños, repeticiones, discusiones y genera lo que llamaríamos profecía de auto cumplimiento, es decir, el sabe que no le va a ir bien y efectivamente eso es lo que sucede. En el fondo el niño ha tenido tantas dificultades en esta actividad que siente que no es capaz de hacerlo bien y si a esto le sumamos que él probablemente no ha entendido muy bien la lección, teme preguntar en clase debido a las posibles burlas, tiene dificultades para leer lo que le ocasiona pobre comprensión del lenguaje escrito y además una baja tolerancia a la frustración y la respuesta inadecuada a todos esto por parte de su familia, encontraremos la base por la cual hacer tareas se convierte en una batalla campal. Ahora bien, si como padres le enseñamos a nuestros hijos que si tenemos alguna dificultad debemos pedir ayuda, que nos debemos proponer metas difíciles y que se siente muy bien lograrlas, que debemos intentar y re intentar todas las veces que sea necesario hasta lograr nuestros objetivos, que podemos controlar nuestros impulsos entendiendo que son reacciones específicas a algunas emociones y por lo tanto pasajeros y además se lo mostramos día a día con hechos y datos, encontraremos que estamos yendo mas allá de una tarea, estamos educando a nuestros hijos para afrontar la vida.
Como podemos decirle a un niño/a que tenga metas así sean difíciles si no nos ve cumplir las nuestras? porque nos preocupamos por adquirir las cosas materiales que le vamos a dejar a nuestros hijos como herencia, abonando mensualmente en una deuda eterna, y no utilizamos el mismo esfuerzo y el mismo tipo de pago constante para hacer abonos a nuestros valores, a nuestras habilidades, a nuestro crecimiento personal si definitivamente esa es una herencia mas importante para ellos? En mi historia profesional he conocido personas maravillosas que crecieron con la idea de que nunca irían mas allá de donde estaban actualmente pues erróneamente les hicieron pensar que para eso estaban destinadas y lo demás se quedaba en sueños, que difícil es modificar ese pensamiento, que difícil es mostrar a alguien su verdadero valor, cuando sus seres mas queridos les han enseñado durante toda un vida todas sus limitaciones, las que no son mas que un producto de las propias frustraciones de los padres.
Es por eso que si somos padres felices y cada día mas felices, considero que podremos educar hijos felices.

PORQUE EDUCAR HIJOS FELICES?


Si sabemos que la felicidad es un camino y no una meta lejana a alcanzar, encontraremos que es totalmente posible ser felices y que esa felicidad depende únicamente de nosotros y de nuestra visión del mundo. Es totalmente lógico pensar que si ser felices debe convertirse en un compromiso de gran importancia para nuestro desarrollo individual entonces lo debe ser también dentro de la educación de nuestros hijos. Por esa razón, el objetivo de este blog es construir conjuntamente un manual para educar hijos FELICES; se hace énfasis en esta palabra porque afortunadamente encontramos en internet o en físico amplia literatura acerca de la educación infantil, elaborada con un concepto integral por expertos en desarrollo, pero el tema que aquí nos ocupa específicamente es el desarrollo emocional o psicológico, el cual, a mi modo de ver es la base fundamental para la adecuada estructuración de las demás áreas del ser humano.
Soy plenamente consciente que educar hijos felices no es tarea fácil e implica otra tarea igualmente valiosa que es prepararlos para enfrentarse al mundo, para hacerlo debemos asumir hacia nuestros hijos actitudes de simpatía, aceptación, aprobación, apoyo, estimación y respeto, fortalecer en ellos un auto concepto positivo y sano mostrándoles nuestra confianza ante sus elecciones, debemos ayudarlos a desarrollar su conciencia crítica y reflexiva hacia los demás y hacia sí mismos, inducirlos a conocerse y reconocerse, autoevaluar aquellas cosas por mejorar y crear herramientas para desarrollar sus potencialidades, y debemos hacerlo desde el mismo momento de su gestación, en cada paso de su camino, teniendo siempre en cuenta que el padre o la madre superhéroe no existen y que nuestras fallas son tan útiles como nuestros aciertos.
Hoy día los índices de violencia intrafamiliar y maltrato infantil son altísimos; según el informe Forensis 2008, los casos de violencia intrafamiliar en Colombia conocidos por el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses pasaron de 77.745 en 2007 a 89.803 en 2008, incrementándose en 12.058 casos, adicionalmente medicina legal realizó durante el 2008 13.523 valoraciones relacionadas con maltrato infantil, en la mayoría de las cuales el posible agresor fue el padre o la madre del infante. Estos casos suceden en todos los niveles socioeconómicos, y como podemos ver son muchos más y más graves que aquellos que llegan a los medios de información, los cuales son apenas un bosquejo de una realidad oculta, que nadie quiere mirar, por vergüenza o por sentirse ajenos a ella; pero existen y es preocupante, si a esto le sumamos la gran cantidad de embarazos no planeados o no deseados encontramos que nuestros bebés están llegando a un mundo en el que no reciben la bienvenida adecuada. Pensemos cuántos de nosotros fuimos realmente planeados por nuestros padres, cuántos de aquellos que son bebés hoy en día fueron planeados realmente? Así hayan sido hijos deseados, estaban preparados sus padres para asumir las implicaciones del rol parental? Cuantos son abandonados por sus padres por esta razón? O aquellos hijos que tampoco fueron deseados, que llegaron a este mundo como una sorpresa que debería ser agradable pero que tal vez no lo fue tanto y que cuyos padres, generalmente la madre, decidió asumir porque era su obligación pensando en que luego, a partir de su crecimiento se podían generar los vínculos emocionales necesarios dentro del rol paterno. Si pensamos en estos casos, entendemos porque las cifras de violencia son tan altas, pues todos ellos están potencialmente en riesgo, la primera tarea de una madre y luego de un padre es generar vínculos emocionales fuertes con sus hijos y es sorprendente que en muchos casos estos no se logran.
Amar a un hijo va mas allá del vinculo consanguíneo, no amo a mi hijo porque es sangre de mi sangre, porque se parece a mí, lo amo porque en la interacción con él o ella me doy cuenta que depende de mí hacer de él/ella un ser humano feliz, un ser humano con valores, con proyectos, porque sé que ejerzo un papel importante en su vida, porque lo conozco y me gusta, porque es mi obra de arte, detallada en cada centímetro a través de mis actitudes, de mis respuestas, de mi educación. Y es que cuando decidimos asumir el rol paterno debemos estar preparados para enseñar, para enseñar a amar, enseñar el respeto, el valor del otro, pero también debemos prepararnos para aprender, porque son muchas veces nuestros niños, quienes nos enseñan mucho más de lo que nosotros podemos darles a ellos, recordemos que los niños comienzan como una tabula rasa, están en blanco, completamente libres de prejuicios, de sesgos, de esos valores encontrados que nosotros hemos interiorizado a lo largo de nuestra historia y nosotros somos quienes nos encargamos de enseñarles la maldad, la desconfianza, la injusticia, mientras ellos nos muestran un amor honesto, sincero. Todos aquellos que hemos tenido la agradable oportunidad de tener contacto alguna vez con niños o niñas en situación de vulnerabilidad hemos encontrado que basta con un poco de afecto para que aquellos chicos que tal vez muestren problemas de comportamiento se abran y expresen lo que sienten, se comporten como niños y soliciten, casi rueguen, por mas afecto y dedicación, y es muy triste ver que pocas veces esa es la respuesta de los adultos que los rodean.
Les dejo una reflexión, si somos adultos felices y educamos niños y niñas felices, este panorama podrá cambiar?