lunes

QUE ES LA FELICIDAD?


Generalmente los seres humanos otorgamos un significado emocional importante a estas fiestas de fin de año, por un lado, están quienes las ven desde un plano muy positivo relacionado con la alegría, la fiesta, el descanso y los regalos, pero por otro lado, algunas personas denotan implicaciones negativas asociando la navidad y el año nuevo con tristeza, dolor, separación, malos recuerdos o aquello que no pudieron lograr, de cualquier forma esta época implica una reflexión acerca de lo que se hizo o se dejo en el pasado y comienzan a diseñarse los propósitos para el año que viene esperando siempre momentos mejores por venir, pero, cual es la finalidad de esos propósitos? Porqué los seres humanos nos trazamos metas a conseguir? Qué sentido tiene cumplirlas?

Desde que nacemos, los seres humanos nos comprometemos con objetivos que al cumplirse nos brindan aprendizajes útiles para el cumplimiento de la siguiente meta, la idea es que estas metas nunca se acaben, pues unas deben reemplazarse con las del siguiente nivel; por ejemplo cuando el bebé descubre accidentalmente que su visión y su mundo se amplían significativamente en posición erguida respecto a cuando esta acostado o sentado, se traza como meta lograr voluntariamente dicha posición, así que lo intenta una y otra vez hasta lograrlo y su mayor recompensa es tener a su disposición un nuevo mundo por descubrir. Subsecuentemente esta posición le permite trazarse una nueva meta, para alcanzar estas cosas nuevas no basta con estar erguido tiene que llegar a ellas, por eso requiere una nueva estación, caminar, al finalizar el año de edad los niños/as han cumplido con asombrosa agilidad gran cantidad de metas descubriendo cada vez mas mundos nuevos por explorar. Así vamos creciendo y empezamos a entender la sensación de satisfacción recibida ante el logro de una tarea lo que nos lleva a buscar otras nuevas cada vez más interesantes, es imposible negar el orgullo sentido, la alegría, el alimento a nuestra autoestima cuando pisamos por primera vez el suelo de nuestra casa propia, cuando escuchamos el rugir del motor del auto nuevo o nos tomamos al lado de nuestros seres queridos la fotografía de la graduación, somos los protagonistas de nuestra propia vida, el centro del mundo si es preciso decirlo, no se puede negar la agradable sensación de seguridad y bienestar que nos produce el abrazar por primera vez a nuestro pequeño hijo/a.

No siempre lograr una meta es fácil y generalmente se valora aun mas si ha requerido algún tipo de esfuerzo, el camino quizá lleve obstáculos como las caídas recurrentes del niño al intentar caminar, pero finalmente pase lo que pase lo que se aprendió nunca se olvida, pues nos es útil para el siguiente paso del camino, si esto es así, porque a veces nos olvidamos de ese largo recorrido de aprendizaje y satisfacción? En terapia psicológica he preguntado muchas veces a mis consultantes jóvenes o adultos, incluso mayores, si son felices, si se sienten orgullosos de si mismos o si pueden mencionar algunos logros de su vida y sorprendentemente son pocos los que pueden mencionar más de dos logros significativos, son más los que dudan antes de responder que son realmente felices y algunos otros sienten timidez al reportar que tienen razones para sentirse orgullosos de su vida y sus logros, sin embargo si evaluamos cuantas metas grandes o pequeñas hemos alcanzado desde nuestro nacimiento, sería absurdo dudar al responder cualquiera de estas preguntas, usted mismo cuente cuantas llevará hasta el momento su hijo de 3 años, o el adolescente en casa de 16?.

Erramos al pensar que la felicidad debe convertirse en otra meta mas, la más grande, la última, porque recordemos que si los propósitos se acaban se termina el aprendizaje y no tendría sentido nuestra vida, entonces si la felicidad fuera una meta seríamos realmente “infelices” al lograrla pues no tendríamos más razones para continuar. La felicidad es esa enorme satisfacción que vamos recibiendo en el camino, es nuestro auto concepto, nuestra autoestima elevada con cada nuevo conocimiento adquirido, de nosotros depende si queremos obviarla u olvidarla, menospreciarla como regularmente lo hacemos o si la reconocemos y valoramos cada paso, cada esfuerzo, cada asenso luego de una caída, la felicidad es el camino, aquel elegido por nosotros para avanzar el largo recorrido de la vida, por eso la felicidad también es el tropiezo porque implica poner en juego todo lo que tenemos para continuar adelante, es por eso que después de un año muy difícil les propongo que el primer deseo para el año 2010 sea ser enormemente FELICES.
Felicidades a todos.