viernes

LA "CRISIS" DE LA ADOLESCENCIA


El adolescente desea construir su propio mundo, debido a su deseo de autoafirmación aparentemente muestra seguridad frente a sus decisiones, a veces son un poco intransigentes, sin embargo lo hacen simplemente como una respuesta a su propia inseguridad que si es leída con respeto por sus padres se puede convertir en una herramienta útil para generar confianza en la relación padre-hijo y en la relación del hijo consigo mismo. Este respeto es importante porque los jóvenes son excesivamente sensibles a la opinión social y las críticas, y si estas son en público los afectan mucho, en lugar de grandes discursos, regaños o interrogatorios sin sentido prefieren el dialogo, pero un dialogo sincero y honesto, respetando la opinión del otro, en una gesta dialéctica en la que no necesariamente se sabe de antemano quien será el ganador, buscan en sus padres modelos auténticos y son suficientemente inteligentes para identificar cuando lo que se dice no es congruente con las acciones, el padre no necesita ser héroe en esta etapa sino ser humano con principios y valores.

Los jóvenes muchas veces se encierran en sus propias preocupaciones “rumiando” sus problemas, hormonalmente sus emociones están desbordadas, es por eso que pueden pasar de estados de tristeza a rabia o alegría con facilidad presentando comportamientos un poco histriónicos (exagerados) en principio, buscan sentirse comprendidos y aceptados por sus amigos, es esta etapa en la que generalmente comienzan las relaciones más intimas y duraderas y por esta misma exacerbación del significado de la amistad, la lealtad y la confianza, cada fallo en la relación se convierte en un gran vacío emocional difícil de comprender para un adulto, quien generalmente se olvida de la importancia que tenían sus propias relaciones en esta etapa, regularmente los adultos tendemos a menospreciar el significado que el adolescente le da a sus problemas, sobreponiendo los propios (financieros, laborales, etc.) frente a los del joven, debemos comprender que cada etapa de la vida (desde el neonato incluso) carga sus propios “problemas” que deben aprenderse a afrontar, los cuales nos preparan para la siguiente etapa y que los hayamos vivido y sean ahora “fáciles” de superar no quiere decir que no sean significativos en la existencia del otro, aprendimos lo necesario pero ellos (los adolescentes) desean y deben darle la importancia que se merecen.

Su visión del futuro es bastante incierta, presentan una fuerte incertidumbre debido a que se ven obligados a tomar gran cantidad de decisiones que reconocen pueden cambiar su futuro, a veces se pueden sentir como pequeños niños queriendo salir a enfrentarse a un mundo para el que no saben si están preparados, pero su enorme deseo de experimentar los impulsa a hacerlo, es en este momento cuando más apoyo y afecto necesitan, porque estos les producirán la autoconfianza que requieren para salir a volar en el momento indicado, este es un punto contradictorio y difícil para el padre o madre porque generalmente son ellos quienes menos preparados están para la partida de su hijo y sus propios comportamientos de retención y duelo (por separación o soledad) producen efectos negativos en el joven haciéndolo más inseguro y por tanto menos preparado, a veces sin intención, aparecen frases que minan la autoconfianza del joven, “si serás capaz?”, “eres inmaduro”, “me necesitas”, “aun eres mi bebé”, “porque no haces/estudias otra cosa”, “en esta casa no tomas tus propias decisiones” induciéndolos a equivocaciones por haber sido forzados a responder como reto y rebeldía y no como una decisión personal y bien pensada. Muchas veces somos los padres quienes recordamos con más frecuencia a nuestros hijos sus debilidades y deficiencias y nos olvidamos de repetir con respeto y orgullo ante los demás y sobre todo ante ellos mismos las enormes cualidades, facultades y habilidades que poseen, nos quedamos en reconocerlas para nosotros mismos pero no comprendemos que ahora más que nunca él necesita oírlas espontáneamente y sin discursos tediosos.

1 comentario: